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LIC. MICHEL BARDALES GARCÍA - Especialidad de Lengua y Literatura - Profesor del Área de Comunicación. Poeta, escritor y maestro difusor de la Literatura Amazónica. - Correos: setilx@hotmail.com / arpaganus@gmail.com

miércoles

CARTAS VERSADAS DE AMOR


CARTAS VERSADAS DE AMOR
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"CÚMULO DE MIRADAS"

I

- ¡Quiero imaginarme más de tu mirada! -

Las luces aun estaban prendidas cuando apareciste ante mis ojos
que te reconocieron como una inspiración futura e incierta.

Te apareciste sin sonrisa pero tu corazón me decía que eras un mundo de sueños
que lo fui guardando para soñarte desde la debilidad de mis palabras.
Entraste como un ave ligera que volaba bajito y silencioso que deseaba ocultar
esa belleza que tienes cuando brotas tus agonías de alegría.

Te vi y me dije con pasos conjugados
que el tiempo ya se había hecho muy corto para buscar tus huellas
y amarrar mis pasos a donde tu los pongas en tu caminar.

En ese momento solo conocí un pétalo de tu rostro,
sólo esa mirada que llevas al llegar y al partir sin esas palabras
que yo hubiese querido escuchar en mi desamor… posiblemente más allá de amor.

Conocí tu mirada seria pero bella en sus cuatro esquinas
que me invitaban a perderme en ese recorrido que mis ojos
hicieron para recordarte cada día que va pasando desde que mi corazón
grabó en sus huellas para seguirte a donde no te pueda encontrar.

¡Una sola mirada!

Sólo conocí la que trajiste aquel día
que me insinuó a seguir dibujándola de muchas maneras
imaginándome lo que habría más allá de tus ojos
y de ese secreto que aun no sé si lo sabré algún día.

II

- ¡La segunda mirada prometida! –

Cuando los silencios se convirtieron en nuestra única rutina,
tu mirada me detuvo cada tarde en las mismas huellas que me obligaron
a mirarte desde aquel espacio roto que sin treguas
me enseñó ese día soñado que nunca estará en la puerta
de mis pies que se acorbataron para verte brillar en mi corazón.

Cada tarde era el mismo destino confundido;
cada paso que dábamos era ocultado por la ignorancia que tenías de mis pasos
que aprendieron a hablar en no sé cuantos idiomas
para decirte todas esas historias que soñaba reconocer tus ojos
en ese universo que ocultaba celosamente el secreto de tu querer.

Pero llegó un día que el sol expulsaba toda nube de miedo en ese balcón;
llegó una tarde que mis voces corrieron hacia ti para retarte en mis silencios
y tú respondiste con una sonrisa extraña que sólo pude ver cuando me sumergí en tus ojos
que me tomaron de las manos para darme miedo
y hacerme bajar la mirada con el rubor que mi corazón sintió mucho antes de temblar.

Me miraste con un destello extraño y con un detalle inolvidable
que aun no suelta mis manos que escriben cada palabra que intenta retratar ese momento
que está en cada despertar que tengo cuando termino de seguir tus huellas
que me ofrecen encontrar de nuevo a esa mirada que no se deja olvidar.

III

- ¡Esperando a que ese día llegue! –

Todas estas palabras han nacido en el silencio de mis ojos
que te buscan para decirte que los acompañes en esa soledad
que sólo tú puedes llenarle de esa compañía que mis versos necesitan.

Al mirarte me siento vencido por el miedo de no poder mirarte directamente
a esos ojos que me retan diciéndome que no los podré enamorar.

¿Cómo podría hacerlo?

Nunca pude encontrar una respuesta de mis pasos
que tenían mucha prisa de encontrarte en esos pasillos
que eran nuestros silencios amándose en esa inexistencia
que me dibujaste cuando te sentaste muy lejos de mi.

A pesar que seguí tus huellas para dibujarte en mis horizontes
nunca pude sentir esa vitalidad que tu rostro tiene y que gana a todo recuerdo
que yo pudiese tener de ti… Sólo tenía el viento de tu ser.

Pero aun confiaba que llegará aquel día,
me lo decía para no dejar de soñarte como lo hacía cada noche
que nos encontrábamos en algún lugar de los sueños
para declararte todo ese amor que tus ojos me enseñaron a sentir.

Y no me importó la verdad de ese destino lejos de ti,
me refugié en la creencia de que algún estarás aquí mirándome
como enamoro tus pasos que comenzaban a besar los labios
de todos los recuerdos que estuviste junto a mí.


IV

- ¡Quién debería empezar primero! -

Durante muchas lunas y soles que pasaron en ese silencio de mi voz,
me preguntaba si era correcto que sepas de esta voz que a veces siento que nunca conocerás.

Alguna vez tuve la esperanza de conocerte más allá de lo que somos
y ya no te alejes de mi como cada noche que no existes para opacar mi soledad.

Sólo te ibas sin conocer mis palabras que querían correr hacia ti y abrazarte
con todo el sentimiento que le enseñó mi corazón cuando mi mente
salió de los sueños para buscarte en esas miradas de amor.

Me detuve frente a ti, en silencio y confundido de quién era y si existía aquel momento
en que nuestras voces se reencontraban en un eclipse de besos
o quizás en un frágil abrazo que culminaría en esa mirada
que me hizo dibujarme en ti.

Fueron soles y lunas que presenciaron todo ese silencio de mis voces
que siempre quisieron enseñarte sus secretos que estaban dibujados con los colores
de aquellos labios que soñé de ti.

¿Pero quién comenzaría?

Quién daría el primer gesto para una larga conversación donde conocerías
todas las palabras que ahora tienen el apellido de tu amor.

¿Talvez yo? Tendría que serlo porque el sueño era mío;
sería yo quién bese tus manos mientras que mis ojos te dirían que no es de un amigo
sino de un loco que está enamorado de ti.

Y tú verías la verdad de mis ojos y sonreirías conociendo cada palabra mía
que enseñaría a tus labios a conocer los míos
que desde hace lunas y soles esperan por ti.


V

- ¡Nunca hubo algo más que nuestro silencio! -

Porque supe que al final no existiría este romance
me detuve a mirarte desde un escondite que yo mismo cavé con mis palabras
que no quisieron sentir que te ibas llevándote esa pequeña esperanza
que un día vino a mi para decirme que en ti encontraría ese amor que siempre pretendí versar.

Para mí seguramente todo esto será un bonito recuerdo,
pero para ti sólo será un pequeño olvido que nunca conocerás
porque en esta historia me encuentro solo
y tus pasos corren muy deprisa que no me dejan llegar hacia ti.

Nuestra historia se llama “silencio” y en cada capítulo esta la indiferencia que muestras
a mis ojos que intentan decirte que eres mucho más de lo que te puedes imaginar.

No habrá recuerdos reales ni colores que pueda reconocer en mis pensamientos;
no encontraré mas que mis propias palabras que aprendieron a cantar tu nombre
mientras pasas dejándome ese aroma que seguro también lo pude imaginar.


VI

- ¡Aquí te traigo un verso de amor! –

Desde mis primeras palabras que salieron de mi corazón para ti
me vi obligado a pedirte disculpas por toda esa molestia que te tomarás al leerlas
mientras te llenas de confusiones sinceras al no entender lo que mis palabras
intentarán decirte cuando se despidan de ese amor que siente por ti.

Menciono una despedida porque sé que esto es sólo un sueño que tuve
con todos esos recuerdos que tu mirada me obligó a tenerlos porque en ti mis aventuras
se hicieron romances y verbos que besaban tus manos
dando indirectas frases para llegar a esos labios que me es difícil anhelar.

Sólo sé que pasé por tu lado y sin darme cuenta ya estaba soñando contigo
y por eso te escribo estas palabras que tienen sus propios sentimientos
que luchan conmigo porque ellos quieren huir a donde tus pies caminan
y subir por tus escaleras para encontrarse en ese tiempo que guarda un reflejo
de lo que sería tener el amor de tu ser.

Pero por ahora sólo son sueños y lo único que puedo darte son estos versos
que no distinguen que esta historia de amor es sólo una creación mía
y que temen ser reales porque vi cerradas las ventanas de tu corazón.

Y este verso que te traigo es uno de los muchos que quieren que los deje en tu puerta
para que tú los adoptes en tus brazos y los lleves en el amor de tu ser.

¡Ahí estarán!
Esperando a que los recojas,
pero primero deberás saber lo que este poeta está soñando
desde aquel día que entraste a la razón de mi escribir.


SETIL DE BARGAM

ESCRITO EN OCTUBRE DEL 2009