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LIC. MICHEL BARDALES GARCÍA - Especialidad de Lengua y Literatura - Profesor del Área de Comunicación. Poeta, escritor y maestro difusor de la Literatura Amazónica. - Correos: setilx@hotmail.com / arpaganus@gmail.com

martes

EL MITO DEL SOL Y LA LUNA

MITO DEL SOL Y LA LUNA

Estando la esencia en los astros que iluminan el cielo. Un hombre de nombre Éclam, enamorado de lo divino, observó al cielo y vio que en ella existía una gran majestuosidad.
Este hombre era un poeta errante que vagaba por el mundo, que en ese entonces sólo había oscuridad; lo iba haciendo, esparciendo su calor en versos que conmovían hasta el más duro de los corazones; esa era su razón de vida: Esparcir al mundo el calor de los sentimientos que ayuda al hombre a ser feliz.
Pero al contemplar al cielo, se le vino un gran deseo de estar ahí y poder ver desde arriba los lugares que tanto gustaba visitar en su errante vida.
Ante ese deseo, los dioses que también gustaban de su poesía, le consintieron en aquel anhelo; pero con eso, éste debía rodear a la tierra mientras exista como tal. Fue entonces, que con un soplo de Apolo, el poeta empezó a elevarse y de su cuerpo comenzó a salir luces que de un momento a otro iluminaron todo el lugar. Una vez en el cielo, se convirtió por completo en un astro que los hombres llamaron Éclam el Sol.
Estando ahí, sus versos se hicieron el calor y abrigo que bañaba a la tierra. Era desde arriba que la rodeaba para esparcir su calor a los lugares que tanto amaba, y otros que comenzaba a conocer.
Pero fue un día, que paseándose por unos valles, vio lo que en su vida faltaba lograr. Era Ipse, la musa que cautivó su corazón. Desde lo muy alto, envió hacia ella su más radiante amor; y fue en placer de sus dulces versos, que ella entera, correspondió a su dicho señor. El hecho estaba, que ambos se amaban; pero al estar tan distanciados, el sol pidió a los dioses que consintieran un nuevo deseo suyo. Y estos al ver que se amaban, accedieron a cumplirle tal petición; fue así que con un soplo divino, hicieron que Ipse se empezara a elevar; pero el sol, quiso mostrarse con su mejor corona; así que, fue al otro lado de la tierra para traerlo; Sin embargo, Ipse ya había subido al cielo y convertido en la que llamarían Luna. Y como debían cumplir el trato aquello a su conversión, quedaron separados, y al tratar de encontrarse rodeaban la tierra en la misma dirección y con igual distancia de separación.
Los dioses, al ver tal desdicha de su amor, se compadecieron de ellos y pidieron a Morfeo que les concediera un sueño donde ellos puedan encontrarse; pero este sueño, debía ser visto por todos los que habitaban la tierra; y así, puedan apreciar el feliz encuentro de los astros del amor.
Fue entonces, que se creo un sueño en el cielo donde Eclam e Ipse pudieron encontrase y vivir por un instante de su amor.
En la tierra, todos lo pudieron ver, mencionando sus nombres al verlos juntos; y con eso, a través del tiempo, sus nombres se juntaron para nombrar al sueño donde el Sol y la Luna formaban el más hermoso eclipse de amor.

Setil de Bargam

1 comentario:

  1. este, es uno de los primeros cuentos que leí,y k aun me sigue gustando es verdaderamente una historia de amor, el deseo de tener cerca al amor hace que algunas veces lo vuelvas a ver solo una vez...

    cindy

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