EL CORAZONCITO DE LA MUSA DEL GIRASOL

de Michel Bardales García

Al ver que sonreía junto a mi lápiz aprendiz, caminé hacia ella atravesando ese esplendoroso y aromático jardín de girasoles. Mi libro de ficciones ya estaba listo para iniciar una nueva historia donde la protagonista sería la bella sonrisa de la naciente musa que deseaba ser feliz.

Al presentarme ante esa cautivante inspiración, me paré frente ella y le extendí mis manos para ofrecerle dos monedas viajeras para que pida con ellas el deseo de arrancar de raíz a esa dolorosa pena que había invadido su frágil corazón.

—¿Dónde debo lanzarlas? —Preguntó examinándolas.

Abrí mi libro de ficciones y busqué el capítulo en donde estaba retratado el famoso pozo fabricante de nubes y sueños. Entramos en esa página y nos paramos frente a él para comenzar con las peticiones provenientes de lo más profundo de nuestros corazones.

—¿Ya sabes qué pedirás? —Le pregunté mientras secaba sus mejillas que habían sido besadas por sus amargas lágrimas.

—¡Sí! —Respondió lanzando una de las monedas a las fauces del pozo creador de sueños. Acto seguido, un pequeño corazoncito apareció en las manos de la bella inspiración.

—¡Es mi vida! —Me dijo. No iré a ningún sueño sin él. Lo siento, pero no puedo aventurarme en tu libro de ficciones.

Al escucharla, sonreí y detuve el tiempo para contemplar todos los hermosos detalles de su mirada. Estaba convencido que era la mujer que un día soñé y que me haría feliz.

—¡Observa mi corazón! —Le dije mostrándole mi interior— Mira lo que he construido especialmente para ti.

La hermosa musa inspiradora, observó mis sentimientos y se maravilló porque lo que había en él y que hizo sentir en ella algo que hace mucho tiempo no revoloteaba en su corazón.

—¿Poeta, es verdad lo que estoy contemplando? —Me dijo con unas lágrimas dulces de felicidad.

—¡Así es, Inténtalo! —Le respondí de manera galante y tierna.

Entonces, la musa naciente extendió sus manos y colocó a su corazoncito en un lugar muy bonito que fue edificado en el mejor espacio de mi corazón.

—¿Y ahora? —Le pregunté —¿Ahora sí puedes soñar junto a mí?

—¡Sí, poeta! —Respondió estallando de felicidad —¡Sí quiero soñar contigo junto a mi corazoncito!

En ese momento, luego de un abrazo lleno de calidez. Mi musa, su corazoncito y yo, ingresamos a la primera página de una nueva y hermosa historia que será escrita luego de lanzar la segunda moneda viajera con el propósito de pedirle al pozo fabricante de nubes que todo este sueño se convierta en una hermosa realidad. 

Dedica a la musa A.P.

(Imagen de Petra Söhner en Pixabay)