CARTA AL POETA SOL

CARTA AL POETA SOL

El comienzo del sueño.

…A mi poeta.

Te escribo en una plácida tarde tropical. Después de unos inquietos jugueteos del clima… Me encuentro contemplando una magnifica “puesta de Sol”. A su seguir, esta una fresca brisa que refresca hasta lo más oculto de mi alma, ya que trae consigo una inquietante evocación al recuerdo de una invitación.
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“El Sol, con el rojo sangrante de una herida: ¡Pide un sueño que se baña en los lagos del amor! Quiere que sea parte de su historia y que, por gracia de un destino que se halla en lo divino, que me convierta en la esencia que le hacía falta a su poesía”.
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Yo que acepto unir mis sueños a los tuyos, te digo muy sincera: Que siendo la luna, y que pertenezco a la noche, al recibir el soplo con el candor de tus palabras que tú, mi sol, que a la vez, perteneces al día; te pregunto algo que brota de mi alma confundida:
¿Por qué te fijaste en esta triste Luna?... Aun sin saber respuesta me siento emocionada y dispuesta a no solamente a cumplir un sueño, sino, todo un universo de sueños.
Sigo escribiendo… Pero me intriga el porqué de mis manos temblorosas; ¿Será tanta la emoción? o será que esta triste Luna intenta evadir algo…Con esto una tempestad terrible se ha desatado en el meollo de mis sentimientos que se confunden mientras escribo.
Yo que soy la Luna, me asombro y conmuevo del soplo de fuego que en este momento de mi vida, la traes cuando en mi, se ha implantado el usual frío que la noche me tiene acostumbrada y, que a su vez, es quien cubre todo intento de luz con sus capas que luce ante las estrellas y que con tanto descaro les brinda su morada.
¡Me uno a ese hermoso sueño!... La luna quiere aprender del sol su mágica extravagancia y así, construir juntos un mundo nuestro, donde tú y yo seamos los únicos que en ella disfruten de su cálido abrazo de amoroso hogar. Hagamos de esa experiencia, la más linda y dulce historia donde el sol y la luna sean los personajes encarnados en nuestros seres que se deleitan en la mágica dicha de hacer poesía.
Es la hora de que olvidemos a la noche y también al día; y que, expiremos nuestros versos tristes y solitarios, para dar vida, a una nueva forma de expresión que se nutre de los sentimientos de nuestro amor.
Tú sol altivo y soberano, y yo la misteriosa luna, hagamos de ese instante, el mejor lapso que el tiempo puede guardar…hagamos de ese instante, un infinito y eterno eclipse de amor.

Urania
La Poetiza Astral
Escrita el 20 de mayo del 2006