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"LA ÚLTIMA VISITA"
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Abrí la puerta y estaba ella, con la misma mirada fría
pero sonriente. Pasó sin mirarme como imaginando que nunca se dio su partida.
No me contuve y me lancé hacia ella entre llantos y golpeteos de mi pecho, como
el que siento ahora que escribo esto acompañado de breves lágrimas.
- ¡No te vayas! – Le bañaba con mis palabras sin soltarle.
Ella no dijo nada.
Me miró brevemente separando sus manos de las mías.
- No vengo a quedarme. Solo me faltaba recoger mi último
recuerdo para poder irme a mi lugar eterno –
- Ya no llores hermano. Me fui porque así estaba
destinado. Nada podías hacer… –
No me contuve y caí en miles de lágrimas porque en ese
momento me di cuenta lo mucho que la extrañaba. (Desde que se fue mi vida
perdió su sentido)
- ¡Adiós! – Me
dijo - ¡Adiós hermano! – Tocó mi mejilla y secó las lágrimas de mis ojos que
sabían que nunca más la volverían a ver.
Recogió su recuerdo, uno de nuestra niñez jugando bajo la
mesa como astronautas. Se iba mi
copiloto. Mi compañera de juegos.
- ¡Adiós! – Le dije sin parar mi llanto y sin pausar mis
labios que besaban sus manos y sus mejillas.
-¡Adiós hermana! Sólo cierra la puerta y cuídate mucho en
ese lugar donde muy pronto te iré a visitar -
Me cogió de los hombros y me dio fortalezas con su último
gesto de cariño.
- No hermano, te falta mucho para venir conmigo a este
lugar… Ahí tienes a nuestra madre que llora cada noche en su soledad… Búscala…
Y de mi parte dale mucho amor. –
Me abrazó y sin mirarme se alejó cerrando la puerta. Se
fue llevándose lo más dulce que alguna vez tuve en mi corazón.
- FIN –
“A Sugey Bardales
García” - SETIL DE BARGAM -