"LO MEJOR FUE QUE TE HAYAS IDO CON ÉL"

Michel Bardales García

 Me costó mucho convencerte de que te alejaras de mi vida porque el amor en ambos sí existía, pero no era adecuado para los dos. Me dolía mucho tu presencia en mi vida porque de la noche a la mañana me habías convertido en tu amante. Me tenías embobado en tus manos porque sabías convencerme con esos deliciosos mimos de niña mujer.

¿Sabías que me dolía el alma cuando le decías “amor” en mi presencia? Contestabas tu celular y le decías tantas cosas bonitas mientras me guiñabas y me mandabas besos pícaros que llegaban a mí como agujas ponzoñosas que envenenan el tiempo.

Te amé tanto que soporté tus viles promesas que tenían los sabores de la mentira. Yo tenía miedo de perderte (¿o talvez ya que ría perderte?), pero tú me calmabas mostrándome unos mensajes en donde le decías determinada que ya estabas cansada de él. Leí sus palabras de llanto y se parecían a las mías. Confuso, te miré y te vi tan hermosa pero llena de maldad. ¿A qué jugabas? Me cansé de todo y me armé de valor y te dije “adiós”. Esa tarde lloraste maldiciéndome por ser un cobarde que no sabe luchar por amor. Me aguanté hasta infinito y me quedé en silencio. Las llamadas llegaban incansables gritando mi nombre con desesperación. Los mensajes sonaban vibrantes pidiéndome explicaciones; pero yo solo callé. Ya estaba decidido a no ser más ese juguete de amor que se conformaba con verte cuando él se iba a trabajar. Luego, cansada de insistir en vano, la calma llegó pronto. Vi tu estado y una fotografía te mostraba con él; besándote amorosamente con una frase que me hizo conocerte a plenitud: “Nos amaremos por siempre”.

 IMAGEN/CORTESÍA@PINTEREST

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