EL POZO DE LOS DESEOS

EL POZO DE LOS DESEOS

(De "El Espejismo de los Sueños")

Desde los altos rumores
de unas nubes consoladas,
el cielo se mostraba ansioso
al ver que mis versos
creaban con sus sueños
a un silencioso pozo de los deseos.

Como el tiempo no era indispensable,
recité dando vueltas
mientras observaba un extraño brillo
que yacía elegante entre sus aguas.

Con la luz de mi pensar,
intenté ver lo que en ella me llamaba,
y ante dicha escapatoria,
una nube muy curiosa
me exigía que en un deseo
le diese el honor de estar con el viento
y formar juntos una dichosa tormenta de ilusión.

Sorprendido, me detuve
al ver que tal brillo
era un espejo donde moraba tu mirada.

Me incliné entre las sombras
para poder distinguir tus ojos
que se ocultaban entre el enigma
de saber algún día lo que eres en la vida.

-¡Pide un deseo!-
Era el canto que las nubes
me incitaban a decir…

- ¡Anda a tu dulce prado
o ve cantando al lago azulino
que tanto en tus sueños has querido! –

Cada palabra era cantada por las nubes
que curiosas leían mi mente
y deseaban ver mi petición.

Sonreí, y cerrando los ojos
para pedir mi gran deseo;
sentí la misma frescura
que rodeaba al espejo entre las aguas.

Abrí los ojos y me vi confundido,
pensé en mi deseo y volví a sonreír.

En lo más profundo de mi corazón,
pedí un deseo que aclaraba toda esta situación:

“Deseo lo que las nubes me conjuran…
Y obligado por mi corazón,
te pido pozo de los deseos:

Que quiero estar junto a los ojos
que me han mostrado
el naufragio del amor”.

SETIL DE BARGAM