TRES MONEDAS VIAJERAS

 

Michel Bardales García

En un fragante capítulo, cuando consolaba a mi dolido corazón, encontré en medio de mi libro de ficciones: tres monedas viajeras que tenían grabado en ellas la profecía de que en mi vida se aparecería un nuevo amor. Pero esta vez sería el que estaría a mi lado hasta la última palabra de mi versada existencia.

Emocionado por encontrarlas, fui corriendo hasta la página donde había retratado al pozo fabricante de nubes y sueños. Sabía que él solo aceptaba en sus fauces a monedas viajeras que llevan consigo la experiencia que necesitan sus nubes para llegar a su destino.

—¡Deseo! —grité lanzando la primera moneda hacia la boca de ese pozo que ya maliciaba los designios de mis aspiraciones. He estado frente a él en muchas de mis ficciones y he pedido el mismo deseo con cada musa que he conocido en mi vida. Pero a pesar de que siempre se desvanecían con el pasar del tiempo, no perdía la esperanza y volvía con una nueva moneda y pedía nuevamente ese deseo que no se cumplía por la terquedad del destino que gusta leer los poemas más tristes que brotan de mi corazón.

— ¿Y las otras dos monedas? —preguntó mi lápiz aprendiz.

—Otro día volveré, mi querido amigo —le respondí sonriente porque esta vez mi deseo tenía algo diferente. En mis viejas historias yo pedía que alguien se enamore de mí y viva conmigo en un mundo de poesía y felicidad.

—Entonces, ¿Crees que fallará nuevamente tu deseo? —murmuró mi fiel compañero mientras se acurrucaba en medio de ese libro de ficciones.

—No mi amigo —le dije mientras caminaba hacia otra página —, esta vez pedí tener el valor de no solo escribir poemas e historias de amor. Lo que quiero ahora es tener voz y valentía para luchar y demostrar a esa mirada venidera que mi amor no solo serán palabras, sino hechos que se quedarán perpetuos en su corazón.

—¿Y para que las otras monedas? —volvió a preguntar mi compañero desde su descanso.  

—Cuando sienta que no puedo más y me quiera rendir —le dije con una sonrisa adornada de esperanza —, sacaré otra moneda para pedirle a nuestro pozo que me dé el valor para seguir adelante en esa faena de conquistar a una de las actuales musas que ya no creen en ese amor donde los poetas las llevan a la luna y les dedican una especial y única canción de amor.

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