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LIC. MICHEL BARDALES GARCÍA - Especialidad de Lengua y Literatura - Profesor del Área de Comunicación. Poeta, escritor y maestro difusor de la Literatura Amazónica. - Correos: setilx@hotmail.com / arpaganus@gmail.com

jueves

LA MIRADA QUE SE CONVIRTIÓ EN MUJER

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"LA MIRADA QUE SE CONVIRTIÓ EN MUJER"
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¡Mírame!
¡Hazlo de nuevo!
quiero volver a sentir la ternura de tu mirada.

Ha pasado el tiempo y aun sigo extrañando
aquellas noches en las que tuve en mi vida
a una dulce mirada que era testigo
de mis jugadas en el amor.


¡Me escuchaste siempre!

Tanto que te convertiste en mi fiel confidente
y guardiana fiel de mis secretos.

Sentí la necesidad de buscarte
y contarte las historias que yo vivía
en esa mi vida en la que fuiste mi testigo.

Quería encontrarte cada noche
para complacerme con tu presencia
que me otorgabas como una espectadora fiel
de todo lo que te tenía que contar.

¿Será por eso que sentía algo especial por ti?

Pues recuerdo que los días pasaban en nosotros
y comencé a deleitarme
con esa tierna mirada que me dabas al pasar.

Yo pude leer tus ojos
que me decían que me quede a tu lado
para narrarte mis hazañas
y los nuevos versos que había fabricado.

Desde lejos pude sentir que me mirabas
y por primera vez me sentí muy acompañado
en un lugar que de pronto se había convertido
en mi lugar favorito porque estaríamos juntos
en esas mañanas que ya nunca volverán.
¡Nunca me atreví a cruzar esa línea prohibida!

Quizás por el hecho de que yo también profetizaba  
un rechazo o el término prematuro de esta historia.

Pero el destino nos había preparado una noche.
¡Sí!
¡Una noche especial e inolvidable!


Escuchabas como siempre mis palabras
que describían a las protagonistas de mis historias.

Te llenaba  de aquellos relatos  
donde tú tratabas de entender
las confusiones sentimentales de mi escurridizo corazón.  

Yo lo hice como era acostumbrado
pero soltaste desde tu interior
una palabra que fue como una llave
que tenía instrucciones para llegar y abrir tu corazón.

En ese momento pude entender por tus palabras
que deseabas ser parte de mi mundo que había creado
sólo para aquellos que saben soñar.

Siempre supe que podías creer en los sueños que yo fabricaba,
pero tuve miedo de invitarte a ellos
por lo prohibido que sería  la unión de nuestros pasos.

Pero fue tu mirada la que me dio permiso
para cambiar mis intenciones
que hicieron de la noche un momento inolvidable.

De pronto aquella mirada de niña
se había transformado en dos bellos ojos
que buscaban ser seducidos.

Éramos por un momento dos torpes personajes
que no sabían cómo dar el inicio
a esa historia que ya tenía el escenario preciso
para dar apertura a la función.

Tú respiraste profundo siguiendo los míos
que te indicaron cerrar tus ojos
para imantarnos y unirnos en un dulce beso
que nunca imaginé que se haría realidad.  

¡Al abrirlos nos vimos diferentes!

Estábamos juntos y ya no escuchabas mis historias.

¡Eras mi historia!

Entraste a mi mundo con un tierno beso
tan ilustre que me hizo olvidar lo que soy
para ser sólo un hombre que besa a una tierna mujer.

Ambos sonreímos tratando de no entender lo que pasaba.

Sólo importaba que había nacido un beso.

¡Un beso soñado!

Una profecía que yo soñé en aquellos días
en los que me cruzaba con tu mirada
que deseaban llegar con los míos
a un camino donde sólo existiera el amor.

¡Yo también lo quise!

¡Lo quería!

Quería correr hacia ti
y olvidarme del mundo
y sostenerte en mis brazos
y escaparnos juntos por esa escalera
que ya tenía preparado en la luna.  

Ya no era un sueño.

¡Estaba pasando!

Nuestros labios se estaban conociendo.

Nuestros corazones corrían acelerados a encontrarse
esa nueva historia que nacía en esa fresca noche
que presenciaba a dos seres opuestos
que tenían sus ojos cerrados
y unos labios que se ataban por primera vez.

¡Habíamos cambiado el mundo!

Ahora vivíamos en un lugar
donde ya no éramos los mismos.

Yo era un poeta  
y tú te habías convertido en la dueña de unos ojos
que ahora miraban  
como una aprendiz de mujer.   

SETIL DE BARGAM 
(A la musa de los secretos)