MIRADAS DE ENSUEÑO

"MUSA DE LOS SUEÑOS"

MIRADAS DE ENSUEÑO

¡Descansa mundo de cristal!

Fue lo único que pude escribir
desde aquel mundo que yo era creador.

Me detuve a descansar en una nube azul
que se sintió incomoda cuando supo
que fui yo quien dio sentencia
a ese viejo pozo que murió por mi propio escribir.

Pero no me importó
y me quedé ahí observando
como se tejía una frazada a la soledad.

Contemplaba todo relieve del cielo
cuando mis silencios
fueron interrumpidos por el canto
de un pequeño ruiseñor.

Se acercaba a mí lentamente
mostrándome su duda
o quizás su miedo hacia mi ser.

- ¿En quien piensas? –

Me dijo mientras decantaba en esa nube.

Lo miré y lo recordé como un poema
que perdí cuando yo escribía al amor.

- ¡Pienso en ella!
¡En la princesa de mis sueños!

La que me regaló una pequeña sonrisa
y que conté como pago a mi lápiz leal. –
…
Trataba de recordarla
pero su imagen se desvanecía
cuando el silencio me traía sus palabras
como respuesta a mi corazón.

No podía recordarla
pues su recuerdo me era tan extraño y pobre
que mis pensamientos me exigían
el recuerdo de un momento especial.

¡Un momento feliz de su corazón!
…
Al escuchar mi respuesta
el ruiseñor sonrió
y comenzó a decirme que conocía
a aquella princesa que provenía de los sueños.

- ¡Soy el que le canta en las mañanas!

Al despertar de sus sueños
mi voz es la que anuncia su llegada al mundo real.

Canto a su nombre y a su ser
que me dan las fuerzas para volar
hacia ese mundo que a muchos
les has prohibido entrar. –

Aquel ruiseñor
me explicó que él la conocía
mucho más de lo que yo sabía de su voz.

- ¡Ayúdame! –

Le supliqué dirigiendo mi mirada
hacia un pequeño jardín
donde se encontraba esta princesa.

- ¡Ayúdame a sorprender y alegrar
el corazón de esa musa de los sueños!

Y ella estaba ahí tan linda
en ese jardín de flores.

Sentada en ese columpio blanco.

…

Ella estaba cantando una melodía sin voz
cuando sus sentidos le avisaron
que unos ruiseñores llegaban a ella
con lindas canciones que dedicaban
sus ecos al amor.

Cuando se dio cuenta de los ruiseñores
le fue tarde para no aceptar una linda corona de flores
que le pusieron entre sus cabellos
que imitaron el baile de los ángeles del cielo azul.

¡Le nombraron princesa de los sueños!

Y fue una de esas flores
que se acercó a sus oídos y le susurró
que llegaban de parte del Poeta Sol.

Sonrió ligeramente
y todo su encanto lo reencarnó
en una mirada que lo dirigió
hacia esa nube donde yo la observaba.

Desde esa nube
tomé valor y le dedique muchos versos
que eran enviados para acariciar sus mejillas
que esperaron cada palabra
que brotaba de mi corazón.

Inmediatamente bajé de esa nube
y me paré delante de ella
y no dejé de estructurarle los versos más lindos
que le podía crear desde mi alma enamorada.

Ella me miró al corazón
y con una suave voz
me pidió que cerrara los ojos
y pensara en una sola canción de amor.

- ¡Dedícame un sueño!-

Me decía susurrándome al oído
mientras que yo me sumergía
entre lo real y lo soñado.

-¡Siente mi latido!
¡Escucha las voces de mi cuerpo!
Y sueña con las huellas de mí querer.

¡Guárdame que estaré en tu pecho!

Ahora abre tus ojos.

¡Despierta hacedor de versos!

¡Despierta!
¡Escribe!
Que hora estás pensando en mi.

SETIL DE BARGAM
(DE MIRADAS DE ENSUEÑO)