ESCRIBIENDO EN CONTRA DEL SILENCIO

De Michel Bardales García

En medio de la misión de escribirte mis poemas de amor —espero que lo veas así—, encontré y batallé contra el silencio que intentó quitarme mi apreciado lápiz aprendiz. Su intención fue evitar que yo siguiera dedicándote más fragmentos de mi versado corazón.

—¿Por qué? —te preguntarás al leer esto.

Como lo escribí en unas de mis historias, mis palabras se visten de poesía y se aventuran en el viento para que las lleve hasta el lugar en donde se puede observar esas pequeñas luces que se convierten en estrellas cantarinas.

Ahí se presentan ante ti y te piden que sean leídas por tus labios que desde hace algunas historias se están convirtiendo en mi nueva ambición.

Pero, últimamente, todos los versos que he creado ya no son leídos por tus labios y se pierden en algún otro viento —puede que de Notos— que las lleva tan lejos que hasta yo las llego a olvidar.

—¿Y qué culpa tengo? —Te preguntarás.

—Pues mi querida musa de los girasoles, el silencio es el peor enemigo de la poesía. Si a cada poema tu respuesta es la mudez de tus sentimientos, de nada habrá servido crear cada palabra versada porque será un despistado viento quien se los llevará a otros jardines donde ya no exista el delicioso aroma de tus girasoles.  

(Imagen de Лариса Мозговая en Pixabay)