MUSITA CON LENTES

De Michel Bardales García.

—¿Por qué siempre miras sus fotos y te quedas congelado como si el mundo no existiera? —preguntó mi pequeño lápiz aprendiz al notar que me quedo mirando esas fotos y olvido que debo seguir escribiendo otros asuntos que no sean del amor.

—Escúchame —le dije. Desde que me convertí en poeta, siempre imaginé encontrar una musa diferente. Desde mis primeros escritos yo ya predecía que en mi vida buscaría una mirada decorada con unos lentes que aumentarían cada detalle de su rostro.

—¿Una musa con lentes? —preguntó mi imprudente compañero mientras buscaba en los libros de literatura griega las descripciones de las musas de inspiración. Y en ningún capítulo mencionaban una que llevaría puesto unos lentes o algo parecido.

—Es la mejor de las inspiraciones—le respondí. Ese detalle es lo que le hace más hermosa. Esos lentes la convierten en una mujer maravillosa y enigmática. Sin ellos, cambiaría ese encanto que descubrí cuando la vi por primera vez. Pero aun así, es doblemente hermosa: Sin esos lentes es una encantadora mujer pero diferente a la que conocen mis versos.

Y eso, debido a que, cuando la dibujé en mi corazón, lo hice tal como la vi en esa imagen primeriza que quedó grabado en mis páginas. Luego solo la busqué en las redes sociales donde exhibía todos sus encantos y las diversas formas de su sonrisa.

—Me cautiva de innumerables formas —le expliqué con ternura. Sin esos lentes no sé si mis ojos le hubieran visto como la musa que es hoy para mí. Adoro sus ojos decorados y protegidos de esos cristales que embellecen esa mirada que contemplo todos los días en esas fotografías que le dictan a mis historias los sueños en la que estoy junto a ella recitándole un poema donde los dos ya estamos viviendo una enternecedora historia de amor.

(Imagen: Cortesía@Pixabay)