CUANDO LOS OJOS DEJARON DE BRILLAR

"CUANDO LOS OJOS DEJARON DE BRILLAR"


Cuando el mundo de cristal había caído
con la llegada de la nueva musa y el poeta creador,
desterraron a la princesa de cristal con tan solo un puñado de poemas
y una flor que aún admiraba su mirada.

La sentencia de la nueva inspiración
fue convertir a todas las musas de ese mundo en piedra;
así lo hicieron el poeta de la muerte y el poeta sol
que viajaron por los siete caminos para terminar
con esas historias que esperaban su final.

Pero el poeta sol fue quien había nombrado
como musa a la princesa de cristal.
Fue él quien despertó de su estado de piedra
para unirse a la mano viajera
y convertirse en el poeta creador de mundos
y de ese hermoso castillo de cristal

Por eso tuvo miedo de lastimarla
porque sus ojos aun eran parte del latido de su corazón.
Esperó a que el poeta de la muerte durmiera
para ir solo en busca de la princesa de cristal
que era la última musa que faltaba convertir en piedra.

Cuando la encontró,
vio que aun era la más linda musa
que cautivaba a todos con sus lindos ojos de cristal.
Se acercó a ella pero la princesa
pasó de largo y no lo miró porque ya no lo reconocía.
Esto hizo llorar el alma del poeta sol.

- ¡Perdóname! -

Le dijo en voz alta.

Y todos le observaron menos la princesita
que miraba ciegamente ese mundo que se le estaba negando.
Al decir esto, el poeta conjuró un verso fatal
que se extendió hacia los pasos de la musa de cristal.

Todos los seres que estaban presentes
miraron con terror la sentencia
de este poeta hacia su musa.
Pero se sorprendieron al ver que no la convertía en piedra,
sino que le quitaba el brillo de sus ojos
que era la magia que le hacia musa de inspiración.



Al terminar su conjuro poético,
vieron como aquella princesa
perdía el privilegio de ser musa inspiradora.
Había perdido el brillo de sus ojos
y con eso, convertida en una persona tan común
que ni los versos que guardaba le quisieron seguir.

El poeta al verla ya no vio a una musa en ella
y continuó su camino pero sin antes derramar siete lágrimas
y juntarlas con la tierra
para moldear una estatua de piedra
que se pareciera a la musa de cristal.

Era una estatua tan idéntica a la musa
que el mismo poeta de la muerte
pensó que se trataba de ella
porque el poeta sol había cumplido
lo que se le había encomendado.

Así los dos poetas regresaron
habiendo extinguido a la última de las siete musas
que nacieron en un extraño y perdido verso de amor.

Octubre del 2010
SETIL DE BARGAM
(A LA MUSA DE CRISTAL)