RODRI

De Michel Bardales García

—La hermosa y colorida mariposa tenía razón —le dije a mi pequeño compañero que miraba atento a mi lápiz aprendiz que dibujaba corazones para atrapar el nombre de la hermosa sonrisa que se ha expandido floridamente en todo mis pensamientos.

—¿Por qué?, ¿qué dijo? —preguntó mi fiel aullador de la luna.

—La otra noche, mientras decoraba esa cajita de sueños con floridos poemas, una majestuosa mariposa vino a verme —le dije a mi ladrante confidente— y me anunció la grata visita de mi musa de los girasoles. ¿No es hermosa?

—Sí, poeta —dijo mi pequeño Baloo —. Hoy la conocí y es más hermosa de lo que me contaste y describiste en tus suspiros. Y estaba con su pequeño corazoncito. En otras historias lo conoceremos como el domador de dinosaurios.

—Así es —le dije—él es Rodri, el encantador niño de nuestra historia de la danza de las palomas.

—Creo que seremos buenos amigos —dijo Baloo—, me gustó mucho jugar con él.

—Es muy amoroso con los animalitos —le dije mostrándole una foto suya abrazando tiernamente a un perrito—, y estoy seguro que se convertirá en un gran hombre respetuoso con los animales y será el más grande logró y orgullo de su hermosa madre que es la cautivadora musa de los girasoles.

—¿Y Volverá a jugar conmigo? —preguntó mi pequeño acompañante aullador de la madre Luna.

—Yo espero que sí—le respondí—, algún día iremos con él a presenciar esa hermosa danza que las palomas le ofrecen por ser un niño de hermoso y de noble corazón. ¿Y quién sabe?, de repente lo acompañemos en sus aventuras en ese mágico mundo de los dinosaurios que tanto adora.

 

(Imagen de Jo-B en Pixabay)