TUS LUNARES

De Michel Bardales García

Luego de deleitarme con las cuatro imágenes de tu sonrisa, me atreví a explorar con mi versos, los alrededores de tus encantadores lunares que —convertidas en estrellas cantarinas— me enseñaron a silbar esa dulce y encandilante canción que me recuerda la exultante razón de haberte convertido en mi hermosa musa de los girasoles.

Pero de todos ellos, son tres de tus titilantes lunares que atraparon mi errante mirada. Admirado, detuve mi cabalgante almohada y acampé en el centro de ellos para decidir si quedarme a escribirte más versos o seguir mi errático rumbo en busca de algún dragón que esté luchando por el honor de no volverse a enamorar.

Y sin importar lo que decida —porque ya está escrito—, mi corazón estará contigo y guardaré en uno de tus poemas: una pequeña semilla dorada para que tú puedas sembrar tu propio jardín de girasoles. Luego, yo volveré y me enamoraré de ti y de esos tres lunares que en una de tus historias se convirtieron en las tres monedas viajeras que el pozo fabricante de nubes utilizó para construirte esos hermosos sueños donde lograste encontrar el verdadero amor.

[…] ¿Me buscarás?

(Imagen: Cortesía@Pinterest/Flickr)