EL SUEÑO SE ACABÓ

De Michel Bardales García

                Cuando nuestro sueño llegó a su final, aceptaste ciegamente los consejos de tu orgullo y te fuiste llevando egoístamente todas mis esperanzas de ser feliz junto a la persona que amé durante varios años. Cuántas cosas renuncié por ti.

                En aquel fragmento de esa pesadilla, solo me quedé observando como empaquetabas tus cosas y despreciabas todos esos pequeños recuerdos que eran la única evidencia de que sí había momentos en la que los dos éramos felices en nuestra inestable historia de amor.

                —¿Quién es perfecto? —le decía entre lágrimas— Yo sé muy bien que no soy el hombre que quieres, pero te di todo lo que yo era y me sentía completo junto a ti.

Pero ella, a pesar de que también lloraba, continuó empacando hasta la última de sus prendas que se despedían de las mías que no comprendían el porqué de esa maldita decisión.

                Nada pude hacer ese día, solo te detuviste por un momento para darme ese abrazo tan cruel que se da en las despedidas. Nos miramos y ambos llorábamos sin saber qué más decirnos porque ya sabíamos que era lo mejor para ambos para no lastimarnos nunca más.

                Pero en ese momento, invadido por la terquedad, quise decirte muchas cosas para convencerte de que estabas equivocada y que yo no era ese hombre tan malo que decías que yo era porque no te amaba como tú querías. Pero preferí enmudecerme para no volver a rogar nunca más por un afecto que no comprendía que nadie es perfecto en el amor.

—¡Ya se fue de mi vida! —Le dije desesperado y entre terribles lágrimas a mi lápiz aprendiz—Se fue llevándose ocho años de mi vida que ahora me pesan y lastiman mi pecho que no deja de incitarle a mis ojos a llorar plenamente cada día desde que se fue por esa puerta que ya no le permitirá volver a este sueño fracturado que lo consuelo con canciones que me dicen que en algún momento: se secarán las lágrimas de mis mejillas con las suaves manos de una musa que le devolverá la fortaleza a mi dolido y versado corazón.

(Imagen de LAURENCE ROUAULT en Pixabay)