ME CANSÉ DE ADMIRARTE EN SECRETO (Carta a la musa sin nombre)

De Michel Bardales García.

            Hoy, aprovechando la inspiración de la lluvia, quiero abandonar el silencio de mi voz para enviar un grato saludo a la mujer más hermosa que han visto mis ojos. Quién no recordaría aquella hermosa noche en la que te vi por primera vez en esa tierna bienvenida que se celebraba para una de mis estrellitas cantarinas.

Aquella noche, a pesar de que mi corazón estaba habitado, no pude evitar ni prohibirle a mis ojos que no contemplen la belleza prohibida de una mujer que apareció tan imponente y con una seriedad tan majestuosa que sentí que era verdad que algunos sueños eran imposibles de alcanzar.

¡Ay, mujer hermosa! Si supieras como suspiro escribiendo esto; pues me imagino que por lo menos una de mis palabras podrá llegar a tu corazón y entregarte una pequeña rosa para que lo tengas entre tus cabellos. Me apena decir que lamento la envidia que tendría la rosa porque tu sonrisa opacaría su finura y delicadeza.

¿Pero quién soy? ¿Quién soy para atreverme a escribirte tales palabras? Por qué lo hago si nunca me atreví  a cruzarme en tu camino y solo me conformé a tenerte como un bello horizonte que me era imposible llegar porque hay poetas como yo que solo se esconden para amar en silencio y dibujar en su mente cada mirada que se usará en esos versos secretos que nadie los lee porque nunca puse tu nombre pues al ser tan inalcanzable solo serían llevadas por el viento y las haría perder en el tiempo.

¿Y por qué te escribo ahora? Pues, esta lluvia de papeles ha inundado mis rincones y me he cansado de estar callado y viviendo de mi imaginación. En mis sueños yo te dibujo conmigo en ciertos lugares donde el amor se permite sin importar las edades o los rumbos. En ese lugar solo importan esos abrazos eternos que se acompañan con ese callar mutuo y miradas fijas donde los besos son propicios para dar apertura a una nueva historia de amor.

¿Me pregunto qué pensarás de mí? ¿Qué es lo que deseo?

Pues nada. Ya cumplí todos mis deseos internos al escribirte y declararte la existencia de este fuego que vive en mis renglones queriendo salir en presencia tuya y decirte con mi voz viva que en ti he visto mi necesidad de volver a sentir amor.

Gracias por la dicha de conformarme con una sonrisa tuya que será suficiente para seguir siendo este poeta que te escribe desde algún rincón que nunca encontrarás. Al final solo es un amor personal. ¿O me equivoco?

(Imagen de congerdesign en Pixabay)