"PUNTITOS EN LA LUNA"
Un día me detuve en la orilla de un río que lamía todos los caminos hacia la luna. Aun me quedaba algo de esos sueños que viví cuando era niño y me aventuré a caminar hacia la luna porque decían que sus faldas protegían a una nueva inspiración.
Pero mis sueños eran muy pobres y por ello mis pies se sumergían en cada paso que daba mientras intentaba llegar a los pies de la luna. Lo hice hasta quedar casi sumergido en unas olas de dudas que me hacían tragar una fría soledad.
Cuando perdí la esperanza de llegar a la luna cerré los ojos y dejé que mi cuerpo se sumergiera en esa oscuridad que me era tan familiar. Pero de algún lugar de la luna apareció una canción que me tomó de las manos y me sacó de esa soledad.
Era la mano de esa nueva inspiración que me regaló una sonrisa casi extraña pero dulce. Me ayudó a subir a las piernas de la luna y desde ahí pude ver como se ahogaban mis penas y el olvido que no demoraba en ser tragado por la luz.
Por un momento me sentí tímido pero confiado porque de ella brotaba una linda voz. De pronto ambos estábamos formando dos pequeños puntitos en la luna que dos personas muy lejanas miraban contemplando aquel brillo que les recordaba como es el amor.
Un día me detuve en la orilla de un río que lamía todos los caminos hacia la luna. Aun me quedaba algo de esos sueños que viví cuando era niño y me aventuré a caminar hacia la luna porque decían que sus faldas protegían a una nueva inspiración.
Pero mis sueños eran muy pobres y por ello mis pies se sumergían en cada paso que daba mientras intentaba llegar a los pies de la luna. Lo hice hasta quedar casi sumergido en unas olas de dudas que me hacían tragar una fría soledad.
Cuando perdí la esperanza de llegar a la luna cerré los ojos y dejé que mi cuerpo se sumergiera en esa oscuridad que me era tan familiar. Pero de algún lugar de la luna apareció una canción que me tomó de las manos y me sacó de esa soledad.
Era la mano de esa nueva inspiración que me regaló una sonrisa casi extraña pero dulce. Me ayudó a subir a las piernas de la luna y desde ahí pude ver como se ahogaban mis penas y el olvido que no demoraba en ser tragado por la luz.
Por un momento me sentí tímido pero confiado porque de ella brotaba una linda voz. De pronto ambos estábamos formando dos pequeños puntitos en la luna que dos personas muy lejanas miraban contemplando aquel brillo que les recordaba como es el amor.
(A la octava inspiración)
Setil de bargam
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