Cuando me Faltó Versos para Entender que Nunca Estarás Aquí
(A la eterna musa Dilam que nunca conocí)
I
Seguí caminando en mis líneas de papel
cuando me di cuenta
que te seguía cantando sueños e ilusiones
que eran hijas abandonadas
que iban en busca de tus labios
para decirte madre de sus pensamientos
y preguntarte cuando volverás para verte soñar.
II
Miré entre mis bolsillos
y saqué todos tus recuerdos que tenía
de tus ojos y de tu mirada fugaz.
Sólo estaban recuerdos prohibidos
y versos viejos encanados
que esperaban la noticia de su libertad
de ir volando hacia tus labios
y acompañar tu respiro y despertar.
III
Caminé tres pasos más hasta tus huellas
donde mis ojos pregonaban sus historias
y sólo podía encontrar una grieta de tu mar;
te encontré extraviada de mis pasos
pues estabas a la distancia de mis papeles
y en ella me decías que de la vuelta
y persiga a tu sombra que se fue a buscar
una vieja imagen de tu andar.
IV
Pero viendo la lejanía de tus pasos,
mis versos se cegaron
y no quisieron entender que no habían recuerdos verdaderos
de esa musa que nunca pudo ver
los mitos que trajo la Luna
para marcar los labios
con los secretos del amor.
V
Yo caí en la mirada de la resignación
y dije a mis versos que guarden sus luces
que ya no podía dar un paso más;
pero no entendieron y tomaron mis manos
y besándolas contagiaron sus ojos
y siguió caminando con ellas
y desde sus fronteras pude verlas
que buscaban todas tus huellas
y nunca se cansaron se seguirte
hasta esa cuadra que nunca te pude encontrar.
VI
Mis manos ya soñaban solas
y aprendió a escribirte versos
que no se agotaron ante la ausencia de tu presencia;
nunca se callaron ante la burla de tu olvido
y se mantuvo fuerte
mientras yo dormía
en una de la huellas donde caí.
VII
Pero muy cerca de este día,
mis manos y mis versos
volvieron a mi con una noticia que me hizo levantar.
Vi sus ojos y entendí su suerte
y supe que no debía dejar el destino de tu ausencia;
pues tu olvido y tu espalda a mis palabras
dieron existencia a todos estos versos
que nunca me harán entender
que tus ojos sólo son recuerdos e imágenes
que siempre brillarán por la ausencia de tu verdadero ser.
(Escrita el 09 de febrero del 2008)
(Setil de Bargam)
(A la eterna musa Dilam que nunca conocí)
I
Seguí caminando en mis líneas de papel
cuando me di cuenta
que te seguía cantando sueños e ilusiones
que eran hijas abandonadas
que iban en busca de tus labios
para decirte madre de sus pensamientos
y preguntarte cuando volverás para verte soñar.
II
Miré entre mis bolsillos
y saqué todos tus recuerdos que tenía
de tus ojos y de tu mirada fugaz.
Sólo estaban recuerdos prohibidos
y versos viejos encanados
que esperaban la noticia de su libertad
de ir volando hacia tus labios
y acompañar tu respiro y despertar.
III
Caminé tres pasos más hasta tus huellas
donde mis ojos pregonaban sus historias
y sólo podía encontrar una grieta de tu mar;
te encontré extraviada de mis pasos
pues estabas a la distancia de mis papeles
y en ella me decías que de la vuelta
y persiga a tu sombra que se fue a buscar
una vieja imagen de tu andar.
IV
Pero viendo la lejanía de tus pasos,
mis versos se cegaron
y no quisieron entender que no habían recuerdos verdaderos
de esa musa que nunca pudo ver
los mitos que trajo la Luna
para marcar los labios
con los secretos del amor.
V
Yo caí en la mirada de la resignación
y dije a mis versos que guarden sus luces
que ya no podía dar un paso más;
pero no entendieron y tomaron mis manos
y besándolas contagiaron sus ojos
y siguió caminando con ellas
y desde sus fronteras pude verlas
que buscaban todas tus huellas
y nunca se cansaron se seguirte
hasta esa cuadra que nunca te pude encontrar.
VI
Mis manos ya soñaban solas
y aprendió a escribirte versos
que no se agotaron ante la ausencia de tu presencia;
nunca se callaron ante la burla de tu olvido
y se mantuvo fuerte
mientras yo dormía
en una de la huellas donde caí.
VII
Pero muy cerca de este día,
mis manos y mis versos
volvieron a mi con una noticia que me hizo levantar.
Vi sus ojos y entendí su suerte
y supe que no debía dejar el destino de tu ausencia;
pues tu olvido y tu espalda a mis palabras
dieron existencia a todos estos versos
que nunca me harán entender
que tus ojos sólo son recuerdos e imágenes
que siempre brillarán por la ausencia de tu verdadero ser.
(Escrita el 09 de febrero del 2008)
(Setil de Bargam)
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